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sábado, 23 de noviembre de 2013

Viajes II Escapadas

A veces surge esa terrible necesidad de viajar, de escapar de la ciudad, alejarse del ruido, de la mala onda, de los papeles que parecen seguirnos a todas partes.
Y, ¿por qué no tomar el auto o un colectivo e irse a pasear?
Las "escapadas" como me gusta llamarlas. Son esos momentos en lo que antes que estalle mi cabeza, me tomo un colectivo y me voy, a donde sea, pero me alejo de mi rutina.
La gran mayoría de las ciudad tienen pueblos cerca o como en mi caso, a unos kilómetros de donde vivo esta el Parque Nacional Laguna Blanca, conocido porque en la laguna se pueden observar diversas especies de aves y en particular flamencos y cisnes de cuello negro.
Ir a ese lugar es glorioso, porque eres tu y la naturaleza, el agua que va y viene cuando hay una leve brisa o simplemente está quieta, transformándose en un espejo.
Sentarse en la orilla, con unos buenos mates, un libro, tal vez un poco de música, lápiz y papel para escribir o dibujar. Todo lo que te rodea es paz y no hay bocinazos, ni gente gritando o corriendo de un lado a otro.
Entonces, cuando nos sentimos agobiados, cuando nos pasamos al lado oscuro y nos transformamos en gruñones como el resto, cuando sucede eso hay que escapar. Hay que tomar el auto e ir a la ruta, todos los caminos conducen a algún lugar y si no tienen auto, tomen un colectivo, no hay mejor dinero gastado que el que se invierte en viajes.
Todos necesitamos ese momento para estar solos, donde podemos cerrar los ojos y tararear una canción, sin que piensen que estamos locos. Respirar profundo, dejando entrar el aire fresco y limpio en nuestro ser. Necesitamos escucharnos a nosotros mismos, porque no hay mejor guía que el corazón. El mundo necesita gente que ame lo que hace y si bien a veces es difícil porque lo que en verdad amamos no nos puede ayudar, monetariamente hablando, podemos tratar de buscarle el lado bueno a lo que hacemos y nunca abandonar eso que amamos, seguir haciéndolo, porque alimenta nuestro corazón.

Comparto alguna fotografías que he tomado en el Parque Nacional Laguna Blanca, trasládense allí y quédense escuchando las aves, el agua cuando choca con las piedritas de la orilla, una leve brisa que viene de la montaña, serán ustedes son la naturaleza y nada más.







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